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jueves, 27 de septiembre de 2012

El Amor y el Cine no Pagan



Las relaciones entre el crimen y el cine son conocidas y remanidas. Con esto no nos referimos a las remakes ni a las trilogías sino de los filmes que hablan de la vida criminal. En estos usualmente hay una enseñanza: el crimen no paga.
Ahora bien, hay otra relación que es la de los mafiosos y el cine. Para ello nos encontramos limitados a algunas referencias. Quizá un caso interesante haya sido el de Vito Giardino, el asesino cineasta.
Giardino puede ser definido como un mafioso de escalafón medio. Su vida criminal, es dable a pensar, no progresó por su amor al cine. Seguramente su madre haya cimentado la pasión de Vito por las películas y por las actividades ilegales. Ella fue una reconocida asaltante de cinematógrafos.
Pero volvamos a Vito Giardino. Dicen sus biógrafos que su carrera criminal fue acompañada por sus estudios cinematográficos. Y varias veces mezcló ambas carreras. Todavía algún coleccionista guarda las películas realizadas por Vito. Recordamos aquella en la que asaltaba El Banco Nacional de San Antonio, la que luego fuera usada como evidencia para encarcelarlo.
La vida de Vito Giardino dio un vuelco fundamental a comienzo de los años 50s. Quizá aburrido de la vida marginal, quiso dedicarse exclusivamente al séptimo arte. Y en esto influyó su afán de reconocimiento. Para Vito ser criminal tenía un lado oscuro. Salvo escasas excepciones, sus crímenes debieron realizarse en el más férreo anonimato. Y Vito anhelaba la fama, los autógrafos y el asedio de la prensa.
Fue en ese momento que decidió filmar su primera película como profesional. Claro que también deseaba ser premiado por su obra. Sabía, por sus estudios, que una película, para ser premiada, debía tener un mensaje. Entonces pensó que su obra debía tener un mensaje: un mensaje mafioso.
Imaginó un filme que se iniciara con una amenaza de muerte dirigida a los jurados en los festivales de cine. Su plan, aunque inteligente, era abiertamente criminal. Sospechó que el mensaje debía ser más sutil.
Su segundo plan fue concebir una película donde un mafioso secuestraba a un miembro del jurado del Festival de Cannes y lo torturaba, al tiempo que le  incendiaba la casa y vendía a su familia en el mercado negro de órganos.  Está idea, más osada, hacía perder el valor de la amenaza.
Su tercera reflexión fue genial. El filme trataría de un mafioso que quiere ser premiado como director de cine y que secuestra a un miembro del jurado del Festival de San Sebastián, para que lo vote.  A su vez la historia que filma el mafioso de la película es la de un mafioso que secuestra a un miembro del jurado para ser premiado. Con esto, la amenaza se repite en el filme dentro del filme, como un objeto multiplicado ante dos espejos enfrentados. Y eligió como titulo descriptivo: “La amenaza infinita”
La primera y única película fue presentada en cuanto festival se conozca. Claro que nunca obtuvo ningún premio.
Los jurados adujeron que se trataba de otra película de mafiosos con mensaje.

Lic. Victorino Kurcio ©2007 Solo Enanos Humor

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