Increíble
pero cierto lo que me ha pasado esta semana santa, cuando de repente,
sin más ni más, fui una víctima del cliché de la inseguridad de mi país…
digo increíble porque nunca pensé que pasaría en mi tierra pero de
seguro a más de uno algún malandro lo ha atracado varias veces, fíjense,
cuando me dirigía a comprar unos boletos tuve que quedarme en el
terminal de pasajeros de la localidad porque tenía que esperar a mi
novia, como aún no había llegado decidí dar unas vueltas dentro del
terminal para ver lo que vendían por allí los buhoneros (hablando de
clichés) era visible la cantidad de gente que estaba esperando en cola
algún autobús para ir hacia algún destino vacacional.
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El autobús era muy parecido a este |
Como ya era tiempo de que llegara mi pareja me retiré
hacia el punto de encuentro acostumbrado y ni siquiera esperé cinco
minutos cuando ya ella habría llegado, mientras caminábamos ayudé a una
señora a que estaba con un niño en brazos tratando de mover un carrito
de mover un carrito de mercado subiéndolo a la acera, cuando proseguí
volteé a mirar y pude notar que la señora lo que buscaba era mover su
carrito hacia el otro lado del camino, pero bueh… nos dirigimos hacia
una parada de autobuses que mágicamente estaba extrañamente vacía pero
como estaba ya la camioneta estaba allí esperándonos pues hicimos caso
omiso y nos montamos es vergonzoso admitirlo pero a la unidad que nos
montamos le faltaban algunas comodidades como por ejemplo: el
parachoques, un retrovisor, una buena mano de pintura en los puntos (en
su mayoría) oxidados, asientos que por lo menos tuvieran unos 60 cm de
distancia entre uno y el otro, un buen conductor que tuviera la buena
determinación de echar a andar a tiempo, por supuesto, lo que si no
faltó fue: las típicas viejitas que vienen de hacer compras (hecho
curioso porque el mercado más cercano queda a kilómetros) , música
fusión de raspa canilla, vallenato, y disco cantado por alguien muy
parecido a Pedro Infante, y el representativo vendedor de alguna
beneficencia de jóvenes en rehabilitación promocionando un bocadillo de
guayaba por 1 BsF. “
…que no enriquece ni empobrece a nadie…” pero por osmosis para él será de una buena ayuda.
Mientras dicho vendedor hacia su presentación del producto (el cual casí
lo desenvolvió y me lo puso en el ojo para comprárselo) el conductor,
después de una larga espera, se dio cuenta que después de que mas nadie
se subió en el autobús por casí media hora ya era tiempo de partir, (en
esta parte quiero que cierren los ojos y se imaginen este momento
crucial… vamos… vívanlo) apenas el conductor piso muy lentamente el
acelerador, se montaron dos cara e’ cortaos y se sentaron en los puestos
que estaban al lado del de mi novia y yo por alguna vivencia dentro de
la mente del chofer este desaceleró seguramente pensando de que si
seguía los señores cara e’ cortaos se podían caer mientras no se
sentaran, nuevamente puso su pie en el acelerador como si el trasero le
picara cada vez que aceleraba un poco más, mientras, el señor promotor
delicadamente hundía su bocadillo en el radio ambiental de mi rostro
haciendo caso omiso de mi particular voz diciéndole:
“NO GRACIAS MI HERMANO”,
mi novia saco su monedero en ese momento de la cartera a lo cual yo le
pregunté preocupado ya que el vendedor no tenía cara de muy honesto que
digamos
“Mamor…(sip yo le digo mamor. Y qué?)… porque tienes esa cartera afuera?” a lo que ella contestó con una voz muy levemente indignada por la forma que le pregunté
“Naaada, sacando un papelito para botar mi chicle”
… pues no pasaron ni 12 segundos de este hecho cuando los dos señores
“cortao” se pararon, el autobús no se había movido ni 10 metros, uno se
colocó en la puerta y al otro yo lo escuchaba diciendo algo pero ni pasó
por la cabeza de que era conmigo hasta que me toco el hombro,
súbitamente esa voz que irónicamente se parecía alguno de los maestros
de Charlie Brown se aclaró y me di cuenta de que me estaba pidiendo no
muy amigablemente que le diera el Blackberry con una navaja en la mano
colocado de forma un poco amenazante (fíjense bien de este detalle,
hasta este instante nunca les he hablado de que tuviera algún teléfono…
pues si se lo preguntan, en ningún momento lo había sacado) pues nop… mi
teléfono no era Blackberry de hecho era un muy buen teléfono Htc que
tenía un estuchito parecido al del Blackberry solo que mucho más
endeble, pero por supuesto en ningún momento le iba decir que no lo era,
simplemente lo saque y se lo di, me fijé que el Otro cara e’ cortao se
había fijado en mi novia así que trate de colocar el brazo tratando de
taparla y protegerla de la navaja, pero los asientos eran demás de
cercanos así que me tocó hacer todo lo que podía, pues efectivamente le
pidieron a ella también su BB aunque fuera también un Htc, este momento
fue muy cómico ya que ella aún cargaba el monedero afuera con suficiente
dinero como para volverles a comprar un teléfono de los que nos robaban
pero lo que les interesaba era el seudo BB y ella con su mente en frio
que la caracteriza les dijo:
“… tranquilo un momento” el papelito
que aun no lo había impregnado con chicle usado lo volvió a doblar lo
metió en uno de los pequeños bolsillos de su monedero, cerró dicho
monedero, lo metió en su cartera, sacó el teléfono se los entregó y los
hermanos cara e’ cortao se bajaron corriendo y se fueron por supuesto
que detrás se fue el Promotor de Guayaba concentrada.
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